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Esti, nutricionista: "¿Sabías que puedes consumir algunos quesos aunque seas intolerante a la lactosa?"

Esti, nutricionista: "¿Sabías que puedes consumir algunos quesos aunque seas intolerante a la lactosa?"

Las personas con intolerancia a la lactosa tienden a eliminar los productos lácteos de su alimentación, pero algunos tipos de quesos pueden seguir siendo aptos para su consumo. La nutricionista Esti ha compartido un consejo relevante para quienes sufren esta afección, poniendo el foco en un aspecto concreto de las etiquetas alimentarias.

"¿Sabías que puedes consumir algunos quesos aunque seas intolerante a la lactosa?", plantea en uno de sus vídeos. Este planteamiento no se basa en suposiciones, sino en un criterio nutricional que puede marcar la diferencia para los intolerantes. El truco está en revisar con detalle la tabla nutricional del producto.

El dato clave está en el etiquetado

Según explica Esti, hay que prestar atención al contenido de hidratos de carbono, especialmente al apartado “de los cuales azúcares”. "La clave está en que te fijes en la tabla nutricional", indica la experta. Si el valor indicado en esa línea es cero, se puede deducir que el alimento no contiene lactosa.

Este método se basa en un principio claro: la lactosa es un tipo de azúcar. Por tanto, si el queso no presenta azúcares, significa que no hay presencia de lactosa. Esto permite incluir ciertos quesos en la dieta sin necesidad de buscar sus versiones "sin lactosa".

"Al no tener azúcares, tampoco tienen lactosa"

Quesos aptos sin buscar versiones especiales

Algunos quesos curados o semicurados, como el gouda o el cheddar, suelen tener un contenido nulo de azúcares. "Quesos como el gouda o el cheddar", menciona Esti, pueden ser consumidos sin problema por personas con intolerancia, ya que "al no tener azúcares, tampoco tienen lactosa".

Foto: Nuestra inclinación a la leche no es nada nuevo: hace más de 6.000 años que tomamos leche (Pexels).

Este tipo de información resulta especialmente útil para quienes han restringido su dieta más de lo necesario. No es infrecuente eliminar productos por precaución sin comprobar si realmente son incompatibles con la intolerancia.

Una tabla nutricional puede ser la clave

Mirar con detenimiento la etiqueta puede evitar exclusiones innecesarias. Para muchos consumidores, consultar el etiquetado es una tarea rutinaria, pero desconocen el papel que juegan los azúcares en la identificación de la lactosa. Esta recomendación contribuye a mantener una dieta más variada y completa.

El consejo de Esti ofrece una solución sencilla y práctica. Basta con comprobar el contenido de azúcares en la etiqueta nutricional para saber si un queso es compatible con la intolerancia. Un gesto tan simple puede ampliar las posibilidades en la alimentación diaria.

El Confidencial

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